martes, 2 de noviembre de 2010

LA ADMINISTRACION MODERNA


Todos los días, muy temprano llegaba a su empresa la hormiga productiva y feliz. Allí pasaba sus días, trabajando y tarareando canciones. Ella era productiva y feliz, pero, ¡Ay!, por encima de ella no había ningún supervisor.
El abejorro gerente general consideró que ello no era posible, así que se creó el puesto de supervisor, para el cual contrataron a un escarabajo con mucha experiencia. La primera preocupación del escarabajo supervisor fue organizar la hora de llegada y de salida y también preparar informes.Pronto fue necesario contar con una secretaria para que ayudara a preparar los informes, así que contrataron a una araña que organizó los archivos y se encargó del teléfono.

Mientras tanto la hormiga productiva y feliz trabajaba y trabajaba.
El abejorro gerente general estaba encantado con los informes del escarabajo supervisor, así que pidió cuadros comparativos y gráficos, indicadores de gestión y análisis de tendencias.
Entonces fue necesario contratar una cucaracha ayudante del supervisor y fue indispensable un nuevo ordenador con impresora.

Al poco la hormiga productiva y feliz dejó de tararear sus melodías y comenzó a quejarse de todo el papeleo que había que hacer ahora.
El abejorro gerente general, entonces, consideró que era momento de adoptar medidas.
Así, crearon el cargo de gerente del área donde trabajaba la hormiga productiva y feliz. El cargo fue para una cigarra que alfombró su oficina e hizo adquirir un sillón especial. El nuevo gerente del área, claro está, necesitó un nuevo ordenador y, cuando se tiene más de un ordenador, se necesita una red local.

El nuevo gerente pronto necesitó un asistente, (que había sido su ayudante en la empresa anterior), para que le ayudara a preparar el plan estratégico y el presupuesto para el área donde trabajaba la hormiga productiva y feliz.
La hormiga ya no tarareaba sus viejas melodías y cada vez se le notaba más irascible.

"Vamos a tener que contratar un estudio de clima laboral un día de estos", dijo la cigarra.
Pero un día el gerente general, al revisar las cifras, se dió cuenta que la unidad de negocios donde trabajaba la hormiga productiva y feliz ya no era tan rentable como antes. Así que contrató al buho, prestigioso consultor, para que hiciera un diagnóstico.
El buho estuvo tres meses en la empresa y pronto emitió un sesudo informe: “Hay demasiada gente en este departamento".
El gerente general siguió el consejo del consultor, y despidió a la hormiga.
Moraleja:
No se os ocurra por nada del mundo ser hormigas productivas y felices.
Es preferible ser inútiles e incompetentes. Los incompetentes no necesitan supervisores, ¿para qué?, todo el mundo lo sabe.

Si aún así sois productivos, no demostréis por nada del mundo que sois felices. No os lo perdonarán.
Pero si a pesar de todo lo anterior os empeñáis en ser hormiguitas productivas y felices, no colaboréis con que vivan a vuestra costa abejorros, escarabajos, arañas, cucarachas, cigarras y búhos de este mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario