sábado, 2 de julio de 2011

LA IMPORTANCIA DEL ALTER EGO


"Verus amicus numquam reperietur;est enim is quidem tanquam alter idem". (Cicerón,De amicitia,80)

En ese otro lugar, ya desaparecido, donde solía dejar algunos pensamientos escritos, hablé en cierta ocasión del hombre que siempre va conmigo, con quien suelo conversar, y que a menudo me cuenta sus reflexiones.Resultan ser interesantes,aunque a pesar de eso no las comparte con casi nadie.Me dice que es porque se ha dado cuenta de que a nadie le interesan realmente,pero no oculta que le duele no compartirlas,y que disfruta realmente de las pocas ocasiones que se le presentan para hacerlo.
A fin de poder referirme a él brevemente, pero a la vez proteger su verdadera identidad, le di el nombre de Lelio.Lelio, a veces, peca de soberbia, pero lo sabe, te lo confiesa y te dice que intenta controlarse.Su soberbia es, probablemente, fruto de su capacidad de ver con claridad buena parte de todo lo negro que nos rodea, lo cual le convierte, siguiendo esa definición de Antonio Mingote que dice que un pesimista “ no es más que un optimista bien informado”, en uno de ellos.

Un buen ejemplo del punto de vista de Lelio se puso de manifiesto cuando me hablaba de cómo había visto,en los escaparates de dos establecimientos,sendos anuncios animando a los potenciales lectores “a aprovecharse de la crisis”.A lo que él reflexionaba que,dado el tipo de crisis de que se trata,¿A quién podrían estarse dirigiendo?¿Quién podría aprovecharse de su propia tragedia?. Decidió acudir al diccionario de la Real Academia de la Lengua, donde encontró al menos una denotación que le reafirmó en su idea.Decía:”Escasez, carestía.” Llegó entonces a la conclusión de que las mentes preclaras que habían divulgado la idea de que uno puede aprovecharse de su propia escasez,o eran muy elevadas,o por el contrario, rematadamente malvadas.

¿Qué beneficio puede extraerse de una época de escasez?¿Fortaleza de ánimo? Sí,de acuerdo,pero…¿No resultaba un consejo un poco rebuscado y seguramente hipócrita? “Ahora que las pasará putas,aprovéchese y fortalezca su ánimo”...No, él no creía que fuera ése el mensaje con el que el escaparate invitaba a entrar al potencial lector.Recordando la Navaja de Occam,decidió que era más probable la segunda opción,la de que quien había encontrado ese lema,simplemente fuese un malvado.
Alguien que puede sacar provecho de una crisis. Principalmente,porque no va con él.Porque la sufren los demás,son los demás los que se debilitan,los que quedan en una situación de inferioridad donde claro,el que la ve la aprovecha.¿Quién se va a extrañar,si tal es la ley imperante?(La ley del más fuerte,la ley de la jungla,la ley del mercado,una ley contra la que solo hace poco que unos cuantos, de los muchos que la sufrimos, se levantan , lo cual permite a quienes la disfrutan seguir atreviéndose a decir que es la mejor posible)

Así pues,en realidad,los anuncios no suponían el fruto de un gran esfuerzo por parte de los publicistas.(Que por cierto,habían coincidido ambos en la misma idea. ¿O era una sola agencia la autora de ambas campañas?).No,en realidad,simplemente alguien había pensado en voz alta.A alguien le había traicionado el subconsciente.Alguien había decidido que si él podía,¿Por qué los demás no? O,si se prefiere,en forma más conocida,”Cree el ladrón que todos son de su condición”.(No puede ser casualidad que el refrán diga “el ladrón”,precisamente…)

Entonces,llegados a este punto en su charla,el hombre que siempre va conmigo me preguntó:”¿Qué tipo de establecimientos aconsejaba abiertamente con desfachatez aprovecharse de la desgracia ajena,no ocultando en el proceso que ellos mismos lo hacen a menudo? Te doy tres supuestos para que lo pienses detenidamente y luego elijas:

¿ a) Dos bancos,

b) Dos bancos,o

c)Dos bancos?”

Sirva esta entrada como presentación de Lelio, de quien seguiré hablando próximamente.