Me he leído Los hombres que no amaban a las mujeres en una semana y ahora estoy con La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina. Cuando acabe los tres, a lo mejor me animo a hacer otra entrada, pero por ahora os quería comentar lo que me está pasando con estos libros, especialmente lo que me está pasando con Lisbeth.
El fin de semana pasado estuve hasta tarde leyendo el segundo libro y luego tuve problemas para dormir, cosa muy poco habitual en mí ya que duermo como una marmota. He estado pensando en por qué me costó dormir y por qué me están enganchando estos libros y la respuesta es fácil: Lisbeth Salander. Sí, tal cual, es ella la que me aterroriza y me atrae a la vez. Lisbeth es como una fuerza de la naturaleza, como un quinto elemento, tal vez el malogrado Stig Larsson le tendría que haber puesto como nombre Leeloo Minaila, como a la protagonista de la película de Luc Besson (como echo de menos a mi Leeloo...).
Lisbeth tiene el cuerpo de una chica de 15 años, o eso nos dicen, y está profundamente marcada por "algo malo" que le sucedió –ahora ya sé qué fue, pero no quiere desvelar demasiado de la trama por si no la habéis leído-. Hasta ahora sé que Lisbeth, aparte de que su aspecto es bastante parecido al de una gótica, o mejor, al de una punk (si alguien entiende más que yo sobre tribus urbanas, cosa muy pero que muy probable, estaré encantada de que me corrijáis), lleva varios tatuajes: un dragón en la espalda, una avispa en el cuello (de la que se deshará en el segundo libro), y varios piercings (algunos de los cuales también irán desapareciendo en la segunda parte de la trilogía).
Sobre su personalidad, sé que Lisbeth es una persona profundamente traumatizada y también se ve que es una persona con una inteligencia prodigiosa: peligrosa mezcla, ¿no os parece? Sabemos que es muy inteligente por sus increíbles dotes como hacker y también por su asombrosa capacidad memorística y la rapidez con la que lee. Palmgrem, su primer administrador, que la conoce mucho, dice que a veces a cree que tiene el síndrome de Asperger. Este síndrome significa que la persona que lo padece tiene problemas de empatía, problemas para identificar y comprender las emociones de los otros. No estoy segura de que sea eso, creo que lo que le pasa a Lisbeth es que se ha blindado del exterior, se protege de todos (y con motivos) y a la vez, no sabe cómo expresar lo que siente porque se ha pasado muchos años sin poderse permitir dejar aflorar sus sentimientos.
Lisbeth me cae bien, pero de lejos, quiero decir que no sé yo si me gustaría tenerla como vecina, la verdad es que nunca sabes cómo va a reaccionar. Por ahora sabemos que sólo es violenta con aquellos que se lo merecen pero...¿y si un día tuviera que llamar a su puerta para pedirle un poco de leche qué pasaría? ¿Me fulminaría con la mirada? ¿Creería que soy una plasta? No sé yo...¡qué miedo!
Seguiré leyendo, cuando me acabe el tercero, os intentaré contar más cosas porque estoy segura de que, a medida de que avance la historia, iré conociéndola más. Por ahora, si tengo que elegir una imagen de Lisbeth, sin duda sería la de ella sonriendo e intentando controlar una Harley Davidson...¡espero ver eso en la película que se estrena a finales de este mes!
¿Y a vosotros: os gusta Lisbeth?
El fin de semana pasado estuve hasta tarde leyendo el segundo libro y luego tuve problemas para dormir, cosa muy poco habitual en mí ya que duermo como una marmota. He estado pensando en por qué me costó dormir y por qué me están enganchando estos libros y la respuesta es fácil: Lisbeth Salander. Sí, tal cual, es ella la que me aterroriza y me atrae a la vez. Lisbeth es como una fuerza de la naturaleza, como un quinto elemento, tal vez el malogrado Stig Larsson le tendría que haber puesto como nombre Leeloo Minaila, como a la protagonista de la película de Luc Besson (como echo de menos a mi Leeloo...).
Lisbeth tiene el cuerpo de una chica de 15 años, o eso nos dicen, y está profundamente marcada por "algo malo" que le sucedió –ahora ya sé qué fue, pero no quiere desvelar demasiado de la trama por si no la habéis leído-. Hasta ahora sé que Lisbeth, aparte de que su aspecto es bastante parecido al de una gótica, o mejor, al de una punk (si alguien entiende más que yo sobre tribus urbanas, cosa muy pero que muy probable, estaré encantada de que me corrijáis), lleva varios tatuajes: un dragón en la espalda, una avispa en el cuello (de la que se deshará en el segundo libro), y varios piercings (algunos de los cuales también irán desapareciendo en la segunda parte de la trilogía).
Sobre su personalidad, sé que Lisbeth es una persona profundamente traumatizada y también se ve que es una persona con una inteligencia prodigiosa: peligrosa mezcla, ¿no os parece? Sabemos que es muy inteligente por sus increíbles dotes como hacker y también por su asombrosa capacidad memorística y la rapidez con la que lee. Palmgrem, su primer administrador, que la conoce mucho, dice que a veces a cree que tiene el síndrome de Asperger. Este síndrome significa que la persona que lo padece tiene problemas de empatía, problemas para identificar y comprender las emociones de los otros. No estoy segura de que sea eso, creo que lo que le pasa a Lisbeth es que se ha blindado del exterior, se protege de todos (y con motivos) y a la vez, no sabe cómo expresar lo que siente porque se ha pasado muchos años sin poderse permitir dejar aflorar sus sentimientos.
Lisbeth me cae bien, pero de lejos, quiero decir que no sé yo si me gustaría tenerla como vecina, la verdad es que nunca sabes cómo va a reaccionar. Por ahora sabemos que sólo es violenta con aquellos que se lo merecen pero...¿y si un día tuviera que llamar a su puerta para pedirle un poco de leche qué pasaría? ¿Me fulminaría con la mirada? ¿Creería que soy una plasta? No sé yo...¡qué miedo!
Seguiré leyendo, cuando me acabe el tercero, os intentaré contar más cosas porque estoy segura de que, a medida de que avance la historia, iré conociéndola más. Por ahora, si tengo que elegir una imagen de Lisbeth, sin duda sería la de ella sonriendo e intentando controlar una Harley Davidson...¡espero ver eso en la película que se estrena a finales de este mes!
¿Y a vosotros: os gusta Lisbeth?
Bueno ahi va mi primer comentario para estrenar el blog :D
ResponderEliminarNo he leido ninguno de estos libros, ni tampoco he visto la pelicula, pero por lo que cuentas, dan ganas de ponerse a leerlos, espero poder hacerlo pronto y poder comentarlos larga y tendidamente con vosotr@s.
¡Hola Peke! Yo me resistía a leerlos porque todo el mundo los leía pero me insistieron tanto que al final cedí y me lo estoy pasando bien. ¡Si te animas los comentamos!
ResponderEliminarY gracia spor estrenar el blog :)
Mare de deu senyor
ResponderEliminarA mi encantaron: Lisbeth, claro y Michael tambien, porque creo que me identificaba mas con el que con ella. Pero vamos, los dos son personajes super actuales y el relato de Larsson engancha mogollon!! lo loco es que engancha tanto a adolescentes que abuelas, eso es lo que logro Larsson y que hace de la trilogia un mega best-seller. Pero creo que se lo merece!Lastima que no este mas de este mundo para disfrutarlo!
ResponderEliminarPues no me resisto a decir lo que pienso,y me alegraré si con ello abro una polémica: ¿No creéis que es muuuuy oportuno,si te quieres hacer rico y famoso en estos tiempos,escribir unos libros en los que las pobres mujeres son víctimas de los malvados hombres,violadores y torturadores de indefensas mujeres?
ResponderEliminarCreo que te hubiera gustado Larsson, porque segun lo que he leido de el, era perodista en economia, orientado extrema izquierda, anti-fascista y con mucha etica. No estaba casado para no comprometer a su mujer con lo que escribia y para que nadie podria hacer el vinculo con el (Estuvo amenazado por grupos de extrema derecha).
ResponderEliminarPropuso su manuscrito a una pequeña editorial underground que lo rechazo. Por eso lo propuso a una grande que lo contrataron immediato, pero no consegui a verlos imprimidos, se murio antes de un paro cardiaco. Me parece que no buscaba en hacer un best-seller, mas bien una saga de nuestros tiempos. Usaba todo lo que encontraba en su vida de periodista para hacer sus historias. Milionarios que estafan al govierno, hackers que espian a los otros me parecen los mas actuales. Ahora, nazis, violadores y misoginos siempre hubo por todos lados..
Y ademas, no veo las mujeres como indefensas en sus libros, al contrarios, son luchadoras...
A ver si la Isamar me ayuda un poco!!
Estoy muy de acuerdo con lo que dice Céline y además, creo que lo más especial de la trilogía Millennium está fuera de los libros: ¿Cómo un hombre puede retratar con tal sensibilidad a las mujeres?
ResponderEliminarParece ser que el personaje de Lisbeth Salander en un principio no iba a tener tanto protagonismo pero su importancia en la historia fue tal que a muchos lectores nos parece que llegó a robarle el papel de héroe al propio Mikael Blomkvist. Pero, otro gran personaje femenino de la trilogía es, sin duda, el de Erika Berger (¡a muchos nos gustaría tener una jefa así!).
Hace tiempo leí teorías acerca de que la verdadera autoría de los libros era de la pareja de Larsson, Eva Gabrielsson. Ella ha negado estos rumores en varias ocasiones (http://www.abc.es/20100208/cultura-literatura/viuda-larsson-niega-autor-201002081232.html) y sostiene que tal vez, la causa de la defensa que hizo siempre Larsson de los derechos de la mujer se debiera a que se culpaba de no haber sabido evitar la violación de una joven cuando él era apenas un adolescente. Tal vez siempre se sintiera en deuda con aquella mujer...
Pero fuera como fuera, ¿por qué a algunos se nos antojará más verosímil lo inverosímil? ¿Por qué nos parecerá más posible que Eva Gabrielsson escribiera Millennium que creer que Stieg Larsson, el Stieg Larsson que imaginó a Lisbeth y a Erika, pudiera ser real?
Parafraseando a Eva Gabrielsson en una carta que escribió con motivo de la entrega del premio de los lectores de la revista Qué Leer de hace dos años yo también os invito a tomaros un café en su honor. A él le hubiera gustado el gesto –y el café, con leche, sin azúcar-.