"And please, remember, people, that no matter who you are, and what you do to live, thrive and survive, there are still some things that make us all the same. You!... me!... them!... everybody!... everybody!". (Elwood Blues,Granujas a todo ritmo.)
Momento: Esta misma tarde. Lugar: Un punto en el camino hacia la panadería.
He comenzado a cruzar un paso cebra sin semáforo, cuando un conductor ha decidido acelerar para cruzar el paso antes que yo, en lugar de detenerse para dejarme pasar. Cuando ha visto que no le daba tiempo, ha tenido que frenar en dos tiempos y me ha obsequiado con un bocinazo.
He recordado entonces una lección de Filosofía que aprendí hace tiempo: La Alegoría del Paso Cebra.He decidido compartirla con vosotros a fin de no olvidarla.Dice más o menos así:
La calle R.es una de las principales arterias de la ciudad a la que pertenece, a la que atraviesa desde el mar hasta la montaña. En su primera esquina,se encuentra con otra calle perpendicular a ella, llamada G. Todos los días,un gran número de vehículos usa G.para llegar a R.y atravesar así la ciudad a lo largo,al menos en parte.
Muy cerca del punto donde desemboca en R.,hay un paso cebra en G. para poder atravesarla sin correr peligro de ser golpeado por uno cualquiera de esos vehículos.Un paso cebra sin semáforo,concretamente.
Si no ando equivocado,es Peatón, (ese gran filósofo griego), quien tiene la preferencia de paso en el caso de coincidir con un coche en ese lugar. Pero el conductor anónimo, ignorante del momento concreto y casual, desconoce al gran Peatón.
Muy cerca del punto donde desemboca en R.,hay un paso cebra en G. para poder atravesarla sin correr peligro de ser golpeado por uno cualquiera de esos vehículos.Un paso cebra sin semáforo,concretamente.
Si no ando equivocado,es Peatón, (ese gran filósofo griego), quien tiene la preferencia de paso en el caso de coincidir con un coche en ese lugar. Pero el conductor anónimo, ignorante del momento concreto y casual, desconoce al gran Peatón.
(!Malhadada sea su ignorancia!)
Así pues,cuando ve que Peatón se acerca al paso cebra,lo cual le obligará a detenerse para dejarlo pasar,el ignorante conductor anónimo toma una decisión en pocas décimas de segundo.No está dispuesto a que un desconocido sin importancia le haga esperar...
Así pues,cuando ve que Peatón se acerca al paso cebra,lo cual le obligará a detenerse para dejarlo pasar,el ignorante conductor anónimo toma una decisión en pocas décimas de segundo.No está dispuesto a que un desconocido sin importancia le haga esperar...
(Afortunadamente para él,el remedio está al alcance de su mano. ¿O sería mejor decir,"de su pie"? Pues es a esa altura donde Zeus,el acumulador de nubes,hizo que el diseñador y el fabricante colocasen el pedal del acelerador.)
...Pocos metros antes de llegar al paso cebra, pisa un poco más fuertemente el pedal, acelerando. Peatón ve cómo la máquina se acerca a él cada vez más rápidamente y, sabedor del daño que podría hacerle el chocar con la máquina, renuncia a pasar, cediendo la preferencia al ignorante conductor.
(...Una vez más, el Miedo, ese gran motivo de la conducta humana. Muchos son los que se sirven de él para lograr sus fines y, visto lo barato y efectivo que resulta, no es de extrañar que cada día sean más quienes recurren a él, de manera más o menos encubierta en función de la urgencia.)
...Pocos metros antes de llegar al paso cebra, pisa un poco más fuertemente el pedal, acelerando. Peatón ve cómo la máquina se acerca a él cada vez más rápidamente y, sabedor del daño que podría hacerle el chocar con la máquina, renuncia a pasar, cediendo la preferencia al ignorante conductor.
(...Una vez más, el Miedo, ese gran motivo de la conducta humana. Muchos son los que se sirven de él para lograr sus fines y, visto lo barato y efectivo que resulta, no es de extrañar que cada día sean más quienes recurren a él, de manera más o menos encubierta en función de la urgencia.)
En esos momentos, Peatón recuerda cuántas veces ha oído y leído unas conocidas, rimbombantes y repetidas frases, en boca de personas, anónimas o prohombres y padres de la patria,que lo mismo da:"Todos somos iguales ante la Ley" o, peor aún que la anterior,"Todos los hombres son iguales". Claro que también recuerda cuántos ejemplos tenemos diariamente de personas, (anónimas o prohombres y padres de la patria, que lo mismo da), que trabajan activamente para evitar esa igualdad real. Creando privilegios, reclamándolos, luchando por conseguirlos, y por evitar que otros los consigan. Incitando a otros a luchar por conseguirlos.
Todo esto es fácil para quien puede. Es común, es hasta frecuente. Es barato, para quien puede,(insisto). Y sin embargo, "extrañamente", día tras día se vuelve, ("Los De Siempre hacen que se vuelva...", cabría decir) más difícil luchar en favor de la igualdad real. Cuesta mucho tiempo, mucho esfuerzo, mucho dinero, incluso cuesta vidas humanas...
El ignorante conductor ha hecho, no obstante, lo que de una u otra forma le es sugerido desde tantos lugares diferentes, empezando por su propio interior: Asegurarse de ser superior.
a)Es él quien tiene la máquina, y no Peatón.
b) La máquina es superior a Peatón.(Claramente lo es, pues es más resistente que Peatón si ambos chocan),y
a)Es él quien tiene la máquina, y no Peatón.
b) La máquina es superior a Peatón.(Claramente lo es, pues es más resistente que Peatón si ambos chocan),y
c) El conductor,mientras va dentro de la máquina, es superior a Peatón. (Claramente de nuevo,pues los daños para él en caso de choque serán menores que los daños para Peatón).
Es por eso por lo que acelera,aumentando las posibilidades de choque si Peatón decide no ceder a la intimidación."¡Allá él si no se para"!, piensa, seguro en sus adentros de que, de ser así, frenaría a tiempo, y de que el susto y la bronca posteriores serían ambos para Peatón en exclusiva.
Solo un poder aún mayor que la superioridad física que la máquina le da al conductor podría evitar este abuso de fuerza evidente.Solo la presencia de La Autoridad Competente en el momento justo conseguiría que ese conductor dejase de sentirse superior y respetase a Peatón.(Quien,por otra parte,y crea lo que crea el ignorante conductor,no es inferior a él,ni siquiera por no conducir una máquina). A ese Peatón a quien la Ley, en un esfuerzo teórico por compensar su inferioridad física, por acercar un poquito la igualdad real, le da la preferencia de paso, la prioridad.
Pero claro, ni por esas. La presencia del agente de La Autoridad Competente no recordaría al conductor que es igual que Peatón. Lo que haría sería intimidarle con una fuerza mayor que la superioridad que él siente sobre Peatón, y además, de sentido contrario. No es que el remedio sea peor que la enfermedad.Es que el remedio perpetúa la enfermedad en lugar de acabar con ella.
¿Estamos todos nosotros, como Peatón, condenados a tener que ceder el paso al coche si a su conductor no le da la gana respetar nuestros derechos?¿Tendremos que estar averiguando constantemente cómo ser capaces de intimidar al otro para poder estar seguros de que el otro, al menos, nos respete en cualquier caso, sin tener que depender de que justo entonces haya un policía presente?
Solo un poder aún mayor que la superioridad física que la máquina le da al conductor podría evitar este abuso de fuerza evidente.Solo la presencia de La Autoridad Competente en el momento justo conseguiría que ese conductor dejase de sentirse superior y respetase a Peatón.(Quien,por otra parte,y crea lo que crea el ignorante conductor,no es inferior a él,ni siquiera por no conducir una máquina). A ese Peatón a quien la Ley, en un esfuerzo teórico por compensar su inferioridad física, por acercar un poquito la igualdad real, le da la preferencia de paso, la prioridad.
Pero claro, ni por esas. La presencia del agente de La Autoridad Competente no recordaría al conductor que es igual que Peatón. Lo que haría sería intimidarle con una fuerza mayor que la superioridad que él siente sobre Peatón, y además, de sentido contrario. No es que el remedio sea peor que la enfermedad.Es que el remedio perpetúa la enfermedad en lugar de acabar con ella.
¿Estamos todos nosotros, como Peatón, condenados a tener que ceder el paso al coche si a su conductor no le da la gana respetar nuestros derechos?¿Tendremos que estar averiguando constantemente cómo ser capaces de intimidar al otro para poder estar seguros de que el otro, al menos, nos respete en cualquier caso, sin tener que depender de que justo entonces haya un policía presente?
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