viernes, 22 de octubre de 2010

TRILEROS


Momento:Esta misma mañana. Lugar:Camino a mi trabajo.
Un coche se detiene junto a mi y su conductor me llama con acento italiano.Cuando me acerco,me cuenta,siempre en italiano,que ha estado en un congreso en un hotel,del cual me enseña un folleto.Que hoy mismo se vuelve a Italia,que va camino del aeropuerto,pero antes quiere dejarle unos regalos a un español que no odie a los italianos.
En cuanto he visto su cara,inmediatamente he recordado.Es el mismo tipo que hace unas semanas,en el mismo punto de la misma calle, detuvo el mismo coche a mi lado y, con el mismo acento italiano, me llamó para que me acercase,lo cual hice creyendo que me preguntaría una dirección.
En esa primera ocasión,aprovechando la ventaja de la sorpresa,me soltó todo su discurso.Esos regalos podían ser para mí... ...si le compraba a mi mujer uno de los abrigos que llevaba, colgados cada uno de un perchero,depositados en el asiento trasero del pequeño coche.Educadamente,le contesté que no me interesaba y seguí camino.Él hizo lo mismo en su coche.

Hoy yo ya no estaba por la labor.Igualmente en italiano,le he contestado,de nuevo educadamente, que él se había olvidado de mí pero yo de él no,y que ya habíamos hablado antes.Me he dado la vuelta,y,mientras arrancaba su cochecito,me ha contestado en perfecto castellano sin el menor acento italiano,"Hasta otra,guapo".El cochecito,por supuesto,tiene matrícula española.

Inmediatamente me he acordado de algo que me pasó a principios del año pasado,y sobre lo que ya escribí en otro lugar en aquel mismo momento.Caminaba yo por una concurrida calle abundante en comercios,cuando,al pasar frente al escaparate de una tienda de electrodomésticos,observé que estaban expuestos tres productos del mismo tipo,del mismo tamaño,del mismo color y al mismo precio relativamente bajo.Mientras dos de ellos pertenecían a marcas desconocidas,por contra el tercero portaba una de esas marcas conocidas y caras.Era evidente que en esa situación,el producto de marca cara invitaba a quien se dejase seducir a hacer algo poco corriente,a saber:Comprar barato lo que suele costar caro.
Decidí comprobar si mi Yo pesimista,que no paraba de decirme que evidentemente había trampa,tenía razón.Y no porque quisiera demostrarle que se equivocaba,sino porque quería constatar con sarcasmo que,como siempre,la tenía.(Y,de paso,si estaba equivocado,compraría un buen aparato a un buen precio).
Así pues,entré en la tienda,y pedí a una dependiente que me mostrase el aparato en cuestión.La chica me condujo junto a un aparador donde se veían varios aparatos del mismo tipo y me señaló uno de los dos de marca desconocida,a lo que le aclaré que no se trataba de ése.Entonces la chica me señaló el otro que también era de marca desconocida,a lo que contesté que tampoco se trataba de ése.Dudando sobre si podía haber creído ver lo que no era,pedí a la dependienta que me acompañase al escaparate,donde efectivamente seguía estando el aparato que me había interesado,flanqueado por sus dos compañeros.
Señalé el aparato en cuestión,mientras le decía a la chica que era ése el que quería.La chica contestó que no quedaban ejemplares de ese modelo.Pregunté entonces cuándo volverían a tener."Nunca más" ,respondió la chica.Cuando vio la cara que se me quedaba,la chica se apresuró a añadir que los dos modelos que me había ofrecido eran "tan buenos como el que usted quiere.Bueno, mejores que el que quiere""Ya,pero era ése y no otro el que yo quería".Odio ser tratado,por enésima vez,como un pez al que mostrar un cebo gigante,aunque incomible,por estar hecho de plástico,para hacerme morder un doloroso anzuelo.
¿Cuándo pasará a invertir el hombre en comida para combatir el hambre,en medicinas para combatir las enfermedades,etc.,las cuantiosas sumas, las ingeniosas ideas,el considerable tiempo y esfuerzo que invierten los publicistas,comerciales,etc. en engañar a la gente en beneficio propio y de sus clientes?

No hay comentarios:

Publicar un comentario