sábado, 1 de enero de 2011
NADA…y TODO
Hace demasiado tiempo que no escribo. Me han pasado demasiadas cosas estos últimos meses y no tenía el ánimo suficiente como para poder compartir mis reflexiones, bastante complicado era ya ir tirando. Pero ahora tengo tiempo, y no sólo eso, también tengo ganas. Así que espero poder seguir con este blog que comparto con Paul y que siga habiendo algunas personas con ganas de leer lo que escriba.
Dicho esto, os quiero hacer una pregunta: ¿Alguna vez habéis deseado desaparecer? Y no me refiero a lo típico de: “tierra trágame”, me refiero más bien a: “quiero dejar de pasármelo mal”. Supongo que, en mayor o menor medida, a todos nos ha pasado alguna vez. Os pregunto esto por lo siguiente: estos últimos meses han sido bastante complicados para mí pero, a pesar de ello, no he sentido ganas de rendirme. En alguna ocasión me he cabreado mucho y pensado cosas como: “mierda de vida”, “es todo muy injusto” y cosas similares, pero nunca he llegado a decir: “tiro la toalla”. En cambio en otras situaciones del pasado, en las que ni de lejos lo había pasado tan mal, sí que lo había deseado.
Algunos podrán quedarse en lo superficial y llegar a la conclusión de que lo que me pasa es que soy masoquista, pero eso no es cierto. Lo que me gusta no es pasármelo mal, lo que me gusta es sentir. ¡Pero prefiero sentir cosas buenas, claro! Aunque, casi siempre, sentir significa arriesgarse, mostrarse vulnerable, exponerse de alguna manera, con lo que puedes llegar a sufrir, pero también a aprender.
Cuando era una adolescente, una de las cosas que me atormentaban era pasar por la vida como una mera espectadora, como Andrea, la protagonista de Carmen Laforet en Nada. Temía vivir sólo para observar las vidas de los demás, me sentía a mí misma como anestesiada delante de la vida, llena de una gran NADA. Supongo que detrás de ese aparente vacío lo que había era mucha confusión, mucha angustia y muchos miedos. Pero ahora, tras muchos años enfrentándome a esos miedos (y lo que me queda) puedo decir que tengo una vida propia, con todo lo que ello implica.
En definitiva, quería hacer una entrada un poco optimista -no sé si lo habré conseguido- y decir que creo que incluso en los momentos más difíciles, siempre nos queda alguna elección y que yo elijo TODO.
“Unos seres nacen para vivir, otros para trabajar, otros para mirar la vida. Yo tenía un pequeño y ruin papel de espectadora. Imposible salirme de él. Imposible libertarme.” Nada, Carmen Laforet
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